domingo, 18 de diciembre de 2011

Imitadores

Quedé para cenar anoche con un compañero de trabajo. Ayer en la cena de la empresa ya me lo quise follar, me parecía un buen semental, pero ha resultado ser únicamente un imitador. Un imitador de seductor, mediocre y vacío.
Supongo que quería impresionarme con un restaurante caro y su polla de juguete. La verdad es que tenía unas medidas extraordinarias, si no fuera porque parecía que la había comprado en los chinos, tan paliducha en comparación con el moreno de su torso gimnástico de cuarentón putero. Con la estufa de imitación a chimenea y la alfombra de imitación a piel de cebra. Y está bien, siempre me ha gustado lo de hacer el amor en el suelo... eso sí, con un poco de estilo, chicos. No como burdos imitadores. Sólo falto que me pusiera música de Pimpinela.


Del lunes no pasa, me compro un vibrador nuevo. Estoy harta de que siempre sea lo mismo.

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