Si lo pienso detenidamente divorciarme es lo mejor que me podía haber pasado. Aunque echo de menos al cabrón de mi ex... bueno, mejor dicho... su polla. Encontrar otra como la suya no me va a resultar fácil. La de mi jefe era patética y además estaba " blanda" de alcohol y chistes malos. No puedo evitar sentirme puta y gilipollas, y no necesariamente por ese orden. ¡ Maldita resaca!.
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